Bajo esta referencia, El minarete de Samarra será el punto de análisis y caracterización, sobre la base de un contexto histórico- cultural.
Fue fundada durante el califato Abbasí en el año 835, cuando el califa al-Mu‘tasim decide hacerla su capital. Se marchó con sus nuevas tropas conformadas por "turcos" y mamelucos esclavizados, abandonando la vieja capital Bagdad, donde la presencia de sus soldados había creado problemas entre la población.
Samarra fue capital califal hasta el año 892, cuando el califa al-Mutamid decidió volver a Bagdad. En todo éste período la ciudad fue una de las más suntuosas metrópolis del hemisferio norte y albergó la mayor mezquita que el mundo islámico jamás había conocido, la Mezquita Al Askari, construida en 944 y destruida en un atentado el 22 de febrero de 2006. De esa construcción hoy sólo queda la muralla perimetral y el gigantesco minarete, llamado Malwiyya, en forma de zigurat, una copia algo menor se puede ver en El Cairo en la Mezquita de Ibn Tulun.
A diferencia de lo habitual, este minarete no es una torre rectangular como las que encontramos en Damasco o Córdoba, derivadas de las construcciones cristianas. Se trata de una torre helicoidal que se apoya sobre un podio cuadrado al que se accede desde una pasarela. La rampa de ascensión tienen 2 m de ancho y empieza en el centro del lado meridional siguiendo la dirección contraria a las agujas del reloj, hasta crear siete plantas de la misma altura. En la cúspide hay una estructura circular con ocho nichos con arco de medio punto. Entre estas hornacinas, en el lado meridional, encontramos una puerta que es la que permite el acceso a la terraza superior, que en su momento tenía que estar cubierta por alguna estructura de madera.
Se ha querido buscar el origen de esta torre en los zigurats mesopotámicos, pero parece que es en las construcciones sassánidas de uso incierto donde se pueden encontrar paralelismos. "Según parece desprenderse de los testimonios existentes, los primeros monumentos que se utilizaron para la llamada a la oración fueron las torres que había en las esquinas del temenos romano en Damasco, cuando la zona se transformó en mezquita. Por lo tanto, fue en una ciudad antigua donde una forma arquitectónica pre-existente, incorporada accidentalmente a una nueva mezquita unos setenta años después de la aparición del Islam, se utilizó por primera vez para una necesidad litúrgica característicamente musulmana, que había existido desde el principio" (Grabar, O., ob. cit. pág. 130-131). Parece, pues, que Damasco era una ciudad fundamentalmente cristiana y que la población musulmana se encontraba diseminada por la ciudad; la existencia de una torre para avisar a los fieles debía simplificar el problema.
Fuente:
Internet: http://cv.uoc.edu/~04_999_01_u07/percepcions/perc26b.html